Maniobras vagales
Las maniobras vagales son acciones físicas utilizadas para estimular el sistema nervioso parasimpático activando el nervio vago.
El nervio vago es el nervio más largo del sistema nervioso autónomo, y ayuda a regular muchos aspectos críticos de la fisiología humana, incluida la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la sudoración y la digestión, a través de la liberación de acetilcolina.
Usos
El propósito principal de las maniobras vagales es el de reducir un ritmo cardíaco que simplemente se ha acelerado (palpitaciones, taquicardia) de manera inquietante para el paciente, pero estando ese ritmo considerado dentro de la normalidad (estable), por lo que sería corregible reduciéndolo directamente con una de estas maniobras.
El padecer síntomas adicionales podría indicar que el problema es más grave.
Algunas arritmias son graves e irregulares y pueden requerir una desfibrilación con un aparato desfibrilador para ser corregidas, y tratamientos quirúrgicos para dejarlas corregidas a largo plazo.
Lista de maniobras vagales
Lista de diversas maniobras vagales conocidas:[1]
- Maniobra de Valsalva: Consiste en hacer fuerza para expulsar aire con las vías respiratorias cerradas (nariz y boca), mientras uno contiene la respiración durante unos breves instantes (alrededor de 20 segundos). O lo mismo con la glotis cerrada (impidiendo que el aire pase de la garganta), lo cual es una versión modificada de esta maniobra, que evita forzar la entrada de aire en las trompas de Eustaquio (oídos). Es normal que el ritmo cardíaco aumente y la presión arterial baje durante gran parte de la maniobra, pese a que su efecto general sería de desaceleración del ritmo cardíaco y de favorecer su vuelta a la normalidad.
- Test de Czermak–Hering: Consiste en presionar mediante masaje sobre alguna de las leves hendiduras que se forman a los lados del cuello (llamadas senos carotídeos), y por donde pasan la arteria carótida izquierda y derecha, a la altura de la nuez. Normalmente la presión masajearía ambos lados, y podría ser realizada sobre un paciente tumbado. Está desaconsejada en pacientes con ateroma (placa de colesterol adherida a un vaso sanguíneo) por el riesgo de que esta maniobra pueda desplazar un trombo por la arteria carótida que produzca trombosis o embolia. La presión arterial puede reducirse notablemente según sea el uso de esta maniobra.
- Reflejo Aschner–Dagnini: Es una ligera compresión en los ojos, aunque podría ser suficiente moverlos mediante sus músculos internos. Está desaconsejada si el paciente tiene problemas oculares (desprendimiento de retina, haber recibido una cirugía reciente, glaucoma, etc.).
- Inmersión en agua fría: Es suficiente con sumergir la cara en agua a 21º o menos para que el cuerpo reaccione. También puede ser utilizada ropa empapada en agua fría o hielos.
- Posición de Trendelenburg: Colocarse tumbado boca arriba con la cabeza a una altura más baja que los pies.
- Bostezar.
- Respirar profundamente.
- Tragar.
- Cantar.
Referencias
- Niehues, Logan J.; Klovenski, Victoria (2024). Vagal Maneuver. StatPearls Publishing. Consultado el 25 de mayo de 2024.