Basílica de Don Bosco (Panamá)
La Basílica Don Bosco de Panamá, oficialmente conocida como Basílica Menor Don Bosco y coloquialmente llamada Iglesia Don Bosco es un templo católico ubicado en el corregimiento de Calidonia, en el corazón de la Ciudad de Panamá, construida y dedicada en honor a San Juan Bosco. Se encuentra en jurisdicción de la Arquidiócesis de Panamá y se encuentra confiada al cuidado de la Congregación Salesiana, formando parte la Inspectoría Divino Salvador (CAM).
Basílica Don Bosco | ||
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Basílica Menor Don Bosco | ||
![]() Fachada de la Basílica Don Bosco | ||
Localización | ||
País |
![]() | |
División | Provincia de Panamá | |
Subdivisión | Calidonia | |
Localidad | Ciudad de Panamá | |
Dirección |
Calidonia, ![]() | |
Coordenadas | 8°58′15″N 79°32′16″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Arquidiócesis de Panamá | |
Orden | Congregación Salesiana | |
Estatus | Basílica Menor | |
Advocación | San Juan Bosco | |
Dedicación | 31 de mayo de 1988 | |
Declaración | 18 de diciembre de 1988 | |
Historia del edificio | ||
Primera piedra | 30 de enero de 1949 | |
Inauguración | 1953 | |
Arquitecto | Gustavo Shaw, Richard Holzer | |
Historia
Llegada de los Salesianos a Panamá
Antes de que Panamá se separó de Colombia el 3 de noviembre de 1903, ya habían llegado dos propuestas de fundación: la del obispo de Panamá, Monseñor José Peralta y la del gobierno central de Colombia. La nueva fundación se concretó en julio del año 1907.
La vida y obra de Don Bosco no era desconocida para los istmeños antes de alcanzar su independencia. Nos lo confirma el artículo publicado en el “Boletín Diocesano”, periódico quincenal del Obispado de Panamá, en febrero de 1895, siete años después de la muerte de San Juan Bosco el 31 de enero de 1888:
“El Oratorio de San Francisco de Sales educa más de mil niños: unos estudian las letras, otros aprenden un arte u oficio, y todos se forman en los santos principios y afecciones purísimas de la religión. Es este Oratorio como una colmena, una pequeña ciudad infantil llena de vida y alegría. Dicen que la recomendación más frecuente de Don Bosco a sus niños era: ‘Estad siempre alegres’, recomendación que continúan haciendo los hijos de su instituto y en efecto, en el Oratorio Salesiano no se ven caras mustias, tristes ni enfadosas; son plácidas como la aurora y parecen gozar de perpetua primavera”. “En los talleres no hay lujo ni por sombra, pero sí mucho orden y diligencia. El vapor hace funcionar las máquinas de las diversas oficinas: diez para imprenta, cuatro para fundición de tipos, una para harina, etc. etc. Además hay allí litografía, calcografía, encuadernación, carpintería, taller de escultura, cerrajería, sastrería y zapatería. Sería de no acabar si me pusiese a describir los trabajos de aquellos pequeños industriales y artistas, cuya sola vista produce la más íntima satisfacción. Ese Oratorio, ‘Casa madre’ de los Salesianos, contiguo al Santuario de María Auxiliadora, ha dado origen a centenares de asilos y colegios, donde se educan millares de niños y a varios centros de misiones en Patagonia y Tierra del Fuego, donde se regeneran y ganan muchas almas para el cielo”.[1]
- «La Obra de Don Bosco». Boletín Diocesano (Panamá). 15 de febrero de 1895.